Mis montañas adoradas

Como te extraño montaña hermosa, que cada mañana me besabas con tu brisa fresca.. donde en tus curvas perdí mi mirada a través de los pensamientos contemplándote ... tan mística, tan clara.. el refugio de mis tardes cansadas. .   .     . tan serena y calma. Un solido recuerdo de mi esencia en transformación. Un ancla de grandes momentos que albergas en tu seno, cuyo espacio me hizo crecer. En mi corazón yace inmaculada tu silueta, viajando conmigo en mi vuelo, fortaleciendo mis alas y permitiéndome ser. Gracias por dejarme verte cada instante que estuve allí, siendo un punto de referencia de mi existencia, en el momento presente y a través del tiempo.

Algunas cosas que soltar...

Solté... Aprendí a soltar por tantas cosas que creo que me encerré a mí misma, mutile mis alas por creer en que no debía creer.. El supuesto amor se iba con sus maletas hacia el horizonte cada vez. Había olvidado que el amor es eterno, siempre lo fue para mí, pero lo había olvidado, que no está en un cuerpo como todos creen, no está en un sujeto, nunca se divide, yace integro en la esencia de la vida... El amor no se da cuando encuentras un porque como la sociedad nos hace creer, el amor es un arte que surge a través del dar amor a lo que nos rodea y nos hace humanos... Comprendí que en realidad no hay que creer en ningún argumento de cómo ser o no ser, solo hay que vivir y vivir desde adentro, disfrutar del camino y bailar bajo la lluvia sin tenerle miedo a las posibilidades de  enfermarse después... Abrir el alma y el corazón al misterio del camino, de aquella noche oscura que parece albergar millones de oportunidades para crecer y florecer. 

A veces pasamos por la vida y nos encontramos a personas que simplemente con una sonrisa 

nos cambian la perspectiva del día... otras solo te dejan un perfume en el aire. 

Algunas ni se dan cuenta de que pasaron por allí, pero cuando te encuentres con alguien 

que te toque el corazón a pesar de que cruce en la próxima esquina, disfruta de esa apertura.